Informativa y Educativa

Esta es información importante para el aprendizaje, la que esta presentado en este blog es para agilizar procesos educativos que nos interesan, ejercicios comunicacionales proyectados a la radio y la televisión, a los nuevos medios a través de las redes sociales y espacios de opinión para hacer feedback

sábado, 11 de marzo de 2023

Seamos Naturales

 

LA MÁXIMA NATURALIDAD

Algunos colegas, sea por complejo de superioridad o de inferioridad (que, en el fondo, es el mismo complejo), después de años de práctica, no llegan a descubrir el más elemental e indispensable secreto locutoril: la naturalidad. Si buscamos una comunicación familiar, cotidiana, una relación entre emisor-receptor que sea democrática, todos esos fingimientos resultan ridículos. Nadie habla así en su casa ni en una rueda de amigos. Esos tonos engolados se usaron a inicios de la radiodifusión, pero hoy están mandados a guardar. Resultan obsoletos y antipáticos. Y lo peor es que estas locutoras y locutores tan creídos de sus bellas voces, por andar ensimismados, como los adolescentes, preguntan poco, leen menos y, una vez frente al micrófono, no tienen nada original que decir. A falta de nueces, hacen ruido. Afectan la voz, imaginando que así despertarán la admiración de los oyentes.

 

Poquito a poquito Paquito empaca poquitas copitas en pocos paquetes.


Un tubo tiró un tubo y otro tubo lo detuvo. Hay tubos que tienen tubos pero este tubo no tuvo tubo.

Del pelo al codo y del codo al pelo, del codo al pelo y del pelo al codo.

Tengo un tío cajonero

que hace cajas y calajas

Y cajitas y cajones.

Y al tirar de los cordones

salen cajas y calajas

Y cajitas y cajones.

Un podador podaba la parra y otro podador que por allí pasaba le preguntó: Podador que podas la parra. ¿Qué parra podas? ¿Podas mi parra o tu parra podas? Ni podo tu parra, ni mi parra podo, que podo la parra de mi tío Bartolo.

El amor es una locura
que solo el cura lo cura,
pero el cura que lo cura
comete una gran locura.

Erre con erre cigarro, erre con erre barril, rápido ruedan los carros 

cargados de azúcar del ferrocarril.

Guerra tenía una parra, y Parra tenía una perra, y la perra de Parra

mordió a la parra de Guerra:

– Dígame usted, señor Guerra

¿Por qué le ha pegado con la porra a la perra?

– Porque si la perra de Parra no hubiese mordido a la parra de Guerra,

Guerra no le hubiese pegado con la porra a la perra.

El perro cachorro de Juan Becerra, se enrreda en la ropa, se enrrosca y se enrreda.

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